Toco Madera
Publicadas por Les yeux noirs , martes, 20 de julio de 2010 10:06 a.m.
Pensando, pensando y pensando acerca de las distintas creencias que muchas personas cercanas a mi tienen (religiosas, espirituales, supersticiosas) me llevó a cuestionarme muchas cosas, ¿En qué nos basamos para creer en algo?...para muchas personas creer en algo que no entienden o no pueden comprobar es un acto de fe, y en eso basan sus religiones y su espiritualidad…sin embargo cuando se trata de asuntos terrenales la mayoría de las veces “Papelito habla”, no creemos la información que alguien nos da hasta que sepamos que es una fuente confiable, y con esto me refiero solamente a la gente que yo llamo “neutral” no a los escépticos ni a los sumamente supersticiosos y creyentes.
Tampoco cuento a las personas con desórdenes mentales (por ejemplo los obsesivos-compulsivos) que necesitan cumplir con ciertas rutinas o “rituales” para que su día “les salga bien” – tocar tres veces la parte superior de la pared, contar hasta cinco mientras bajan las escaleras, contar las vigas del techo para que "no se caiga", arreglar los libros en orden alfabético para que "el universo no pierda su perfecto equilibrio" etc, etc. (si te identificaste, busca “Desorden Obsesivo Compulsivo” seguramente habrá alguna página que explique más conductas con las que podrás saber si lo eres o no)
Por otro lado las supersticiones son una característica muy marcada en nuestra cultura (Mexicana) entonces encontramos gente que en los mercados o tianguis vende yerbas, huevos, amuletos, estampas, velas, polvos, dijes, imágenes, cruces, listones, calaveras, piedras de colores, pulseras, collares y un sinfín de cosas que prometen salud, amor, dinero y mucho más. Es decir, ofrecen a quienes las usan; DOMINAR Y MODIFICAR sus circunstancias <---ojalá fuera así de fácil.
Bueno, pensando en todo esto creo que me resulta un poco confuso que a la hora de decidir si creerle a alguien o no siempre busquemos pruebas, evidencias, juramentos, promesas…sin embargo a la hora de creer en algo que no vemos, que no podemos comprobar ni experimentar, lo hacemos sin cuestionarnos, sin pensarlo dos veces… ¿Hemos entonces perdido la fe en la gente? ¿A eso nos ha llevado la violenta modernidad en que vivimos?, ¿Preferimos ir a un lugar donde nos lean las cartas y nos platiquen nuestro futuro que tomar las riendas de las circunstancias y modificar nuestro presente de tal forma que nuestro futuro se vuelva una consecuencia del mismo?...esa si no la compro.
Sé que muchos de nosotros hemos perdido la fe en las instituciones, la sociedad, los seres humanos incluso nuestros propios amigos y gente que nos rodea, y no es para menos…cuando las decisiones tomadas por una persona o un grupo de gente nos desilusionan y nos decepcionan una y otra vez, ésta es la respuesta más lógica.
Sin embargo creo que si seguimos por un lado, buscando respuestas en lugares donde no las hay (cuando se trata de uno mismo las respuestas no están en otro lado, están dentro de uno, no pierdan tiempo) y por otro lado, pensando que TODA la gente es igual ya que nos han decepcionado con sus acciones y reacciones (cuando la verdad es que no debemos de intentar cambiar a nadie, lo único que podemos modificar de nuestro entorno es nuestros actos y decisiones, y esperar que posiblemente se vea influenciado por nuestro propio cambio), no llegaremos muy lejos.
Yo soy de las personas que cuestiona mucho antes de creer en algo o alguien, aun así, la gente y el entorno me sigue sorprendiendo, para bien y para mal, pero cada vez que es para bien, vale por diez veces de las que me sorprende para mal ¿Qué quiero decir con esto? No perdamos la fe en la humanidad, al fin y al cabo y como dijo Jean-Jacques Rousseau “El hombre que no conoce el dolor no conoce ni la ternura de la humanidad ni la dulzura de la conmiseración” y ¿Ustedes en qué creen?
El punto es el siguiente:
La energía existe, se mueve, cambia y puede ser usada de muchas formas.
Sea como sea que se llame, como se identifique, la realidad es que el Universo está en constante movimiento y nosotros en él.
Quien no se conoce a sí mismo, no puede conocer a los demás. Quien no acepta que forma parte de este Mundo y que ello le hace responsable de sus actos, rompe con el equilibrio que debe existir y, es ahí, donde empiezan a surgir desórdenes que afectan a los demás.
No cualquiera lo entiende, lo busca y lo encuentra... es bueno creer en las personas, pero también es bueno reconocer y aceptar que no todos están en el mismo nivel.