La mala educación.
Publicadas por Les yeux noirs , viernes, 9 de septiembre de 2011 1:17 p.m.
Hace menos de un mes nació el bebé de mi mejor amiga, viajé a mi ciudad de origen exclusivamente para conocer a su hija, perfecta, muy amada y muy esperada. Viendo a mi sobrina hermosa, con su inocencia intacta y lista para afrontar al mundo, con tanta gente dándole la más cálida bienvenida a la vida me sentí honrada de poder estar ahí. Sin embargo, a lo largo que pasaron las semanas, y a raíz de muchas cosas (como los sucesos que describo en mi post anterior) me puse a pensar: ¿Cuándo exactamente es que nos maleducamos?
Un bebé al nacer tiene mucho que recibir y aprender de sus padres y su entorno, y ello sin duda conformará sus cualidades como persona, si embargo hay ciertas características innatas en el bebé que se cumplen en todos ellos, algunas de ellas son los reflejos, la respuesta de sobresalto, las preferencias en el gusto (que más tarde nos dan las expresiones faciales, las mismas que tendremos de adultos), el gusto por la música o los tonos armoniosos. Algo en particular que nos diferencia de otras especies al nacer y durante el resto de nuestra vida es el sistema sensorial que da preponderancia a la información audiovisual: la mayoría de especies animales la dan a la información olfativa o gustativa.
También la sonrisa del bebé es universal, tanto el reflejo primario de sonreír como la sonrisa social que llega con el paso de las semanas.
Los bebés además aman nadar, creo que todos hemos visto videos extraordinarios de bebés en albercas nadando aparentemente sin recibir instrucción alguna (vean este video http://www.youtube.com/watch?v=hA-8Sqctx8o si les interesa)
Bueno…y ¿Qué pasa después? Empezamos a copiar patrones de conducta y otros comportamientos que sinceramente hubiera sido mejor no haberlos ni presenciado.
Nos volvemos prejuiciosos, criticamos, queremos sacar provecho, o nos volvemos inseguros y no creemos que somos suficientes (para lo que sea), perdemos la capacidad de maravillarnos y el amor por la humanidad y su entorno, nos empieza a valer madres, se nos va el tiempo haciendo cosas que nos hacen sentir bien…sin embargo muchas de ellas no tienen propósito ulterior, olvidamos nuestra misión de vida – sea esta cualquiera que sea – y nos quejamos, nos enfermamos por quejarnos, nos enfermamos por odiar y por frustrarnos.
Nos tomamos todo personal, creemos que el mundo gira alrededor nuestro, se nos olvida ayudar – a propósito de esto hace un par de días me caí, aquí en Monterrey, centro de la ciudad, era la hora de entrada en las oficinas y lo más que llegaron a hacer un par de personas fue pasarme por encima para no pisarme - se nos olvida agradecer, se nos olvida pedir ayuda.
Quien sea que nos contamine, porque me queda claro que no venimos así de fábrica, nuestras familias, la sociedad, los medios, el entorno, nuestro contexto…sabe hacerlo muy bien.
Desgraciadamente para todos – o afortunadamente, dependiendo qué tipo de persona seas – necesitamos unos de otros. Aparentemente los demás seres vivos lo saben y actúan acorde, sin embargo nosotros los humanos somos los que estamos fallando.
Creo honestamente que nuestro “chip” inicial no está dañado, creo que todas las mañas pinches las vamos adquiriendo y conforme vamos creciendo y “madurando” las vamos desarrollando a nuestro beneficio. Sin embargo no funciona, no funciona porque usemos el método que usemos nos vamos a dar cuenta que como seres humanos, no obstante los avances tecnológicos y sustentables, estamos sufriendo un estancamiento, si no es que un retroceso.
Nada que sea natural es “sucio”, nada que ayude a otros o a tu entorno es “inútil”, nada que se consiga fácil es para siempre. Trascender no es opción, es designio.
Realmente, sólo los padres dominan el arte de educar mal a los hijos.
Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) Escritor español.
Formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún.
Jean Cocteau (1889-1963) Escritor, pintor, coreógrafo.
Suspendí mi educación cuando tuve que ir al colegio.
George Bernard Shaw (1856-1950) Escritor irlandés.
El otro día en clase comentábamos este tema en clase, el profesor explicaba que un niño aprenderá lo que va a definir su personalidad del primer mes de vida a los 4 años. Como va a reaccionar ante problemas, primeros datos culturales, algunos valores y virtudes, y eso me deja "fría" jaja. (seré cuidadosa con mis hijos).
Claro que después agarramos mañas, de la sociedad, del entorno, de la familia, sólo nos resta fomentar bien esas virtudes para no "contaminarnos" tanto.
Sin duda ser papás es una responsabilidad ENORME.
Saludos